Simeón Lee, un anciano riquísimo de extraño y despótico carácter, reúne para la Navidad a toda su familia. Las aparentemente plácidas fiestas navideñas se convertirán en trágicas al ser brutalmente asesinado el anfitrión. Poirot hará, de nuevo, gala de su sagacidad.
Primera novela que leo de Agatha Christie y...menudo chasco.
El estilo es simple pero en sentido negativo: apenas describe la casa de los Lee ni a sus personajes ni casi hay contexto. No llega ni a borrador.
En cuanto a la tensión para desvelar el asesino... es muy difícil de saber, más que nada porque apenas hay detalles y la autora fuerza mucho las escenas para que todos puedan ser culpables, un personaje es sospechoso solo por citar una cita de Macbeth (comentario desafortunado) mientras que otro lo es por tocar la Marcha Fúnebre.
Por no hablar de la idea del globo...
El final es caótico y un sinsentido. Aparecen hijos ilegítimos por todos lados, como si el cabeza de familia tuviera genes dominantes y todos sus hijos se parecieran siempre a él.
Por no hablar de ese matrimonio de última hora donde se conocen de un par de horas.
Y ese generoso espíritu que surge de algún personaje de dar parte de la herencia a gente que le han engañado y no conocen de nada. Por no hablar de Stephen y su primera coartada de depredador sexual. En fin... esta novela no tiene ni pies ni cabeza.
Es difícil de adivinar el asesino porque la autora lo sacó de la manga.
Lo único que tiene de navideña esta novela es que lo asesinan en Nochebuena.
Me han recomendado dos novelas suyas para conocerla "de verdad", no sé si le daré otra oportunidad. La verdad es que este libro forma parte de una serie enorme y por lo que se ve ha ido perdiendo fuelle, hasta quedar en meros borradores por lo que se ve.
Este es el 17º libro de la saga Poirot.
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