DESCRIBIENDO HISTORIAS: ENTRE EL MIEDO Y EL AMOR

DESCRIBIENDO HISTORIAS

Nombre/seudónimo autor: Sandra Estévez Calvar

Título: Entre el miedo y el amor

Género: Romántica

Saga: SÍ/NO (número de libros en caso de ser positivo) Sí - 2

Sinopsis:

Marta era una universitaria con muchos planes, alegre, feliz, responsable; hasta que Carlos, un depravado sexual, con un pasado ciertamente oscuro, se cruza en su camino de la peor forma posible. Ella intenta huir y ocultarse, pero en sus entrañas lleva el fruto de aquella desgraciada noche. Pese al apoyo de su familia, su vida se convierte en un infierno, y el miedo consigue dominar sus sentimientos. Afortunadamente reaparece Jesús, el primer amor de su vida, transmitiéndole paz y seguridad, demostrándole que sí existe el amor verdadero. Es una novela de superación personal que contiene escenas altamente eróticas y una profunda esencia romántica.

Presentación de los personajes :

Marta es una universitaria con grandes planes para su futuro. Le gustan los animales y ayudar a quien lo necesita, por eso eligió esa carrera. Es una chica tímida y un tanto introvertida, amiga de sus amigas y adora a su familia.

Jesús es un escritor con cierto prestigio y varias novelas en su haber. Desde siempre estuvo enamorado de Marta y a pesar de la distancia, nunca la olvidó. En un joven con un gran corazón y dispuesto a ayudar a su primer amor, pese lo que pese.

Carlos es todo lo contrario a Jesús. Compañero de Marta en la universidad de Ourense, conquista a la joven con su encandiladora sonrisa, pero lo que nadie sabe es el oscuro pasado que arrastra y que lo lleva a cometer actos inhumanos y totalmente repudiables.

Personajes secundarios:

Los padres de Marta son gente humilde y trabajadora. Luchan para que sus dos hijas tengan una carrera universitaria y sean felices.

Eva es la hermana de la protagonista. Ambas son muy parecidas en todos los aspectos. Será un gran apoyo en los momentos más delicados.

Mar es la madre de Jesús y la que le ayuda a abrir los ojos y le da ese último empujón para buscar la felicidad junto a Marta.

Fragmento: 

(capítulo nº 1)

Los besos se hacían cada vez más forzados e insistentes. Sus manos, firmes y robustas, recorrían el cuerpo de Marta con ademanes posesivos. Pechos, muslos, espalda, brazos, todo era vilmente manoseado por Carlos. Su lengua, húmeda y apresurada, recorría cada centímetro de la piel de ella. Con premura, le quitó el suéter verde para así poder succionar y mordisquear sus pezones rosados, una vez tras otra.

–        Para ya – gritó Marta. No quería seguir con aquello, y menos en aquel estado y en aquel lugar público.

            Carlos ignoró por completo su petición. Después del jersey, fue el cinturón y los botones de los vaqueros. Metió la mano derecha en el pantalón hasta llegar a su clítoris, húmedo y ampliamente excitado. Con movimientos violentos, introducía los dedos hacia su interior, sin un ápice de delicadeza y respeto.

–        ¡No, para ya! – volvió a gritar.

–        ¡Pero si estás mojada!, no me digas que no te gusta cómo te toco. Estás deseando que te la meta – pronunció despectivamente.

            Él seguía jugando con el cuerpo de Marta, como si se tratase de una marioneta. Desabrochó su pantalón y lo bajó a la altura de los tobillos.

–        ¡Suéltame!, no me toques – imploró gritando, mientras intentaba desasirse de sus garras. Para su indignación, alrededor no había nadie.

–        Zorra, no me digas que no quieres. Llevas toda la noche provocándome. Eres una chica mala, muy mala. Éste va a ser tu castigo.

            Todos los esfuerzos de Marta por escapar eran en vano. Él era mucho más fuerte y le había agarrado las manos sobre la cabeza. Nadie escuchaba sus gritos de desesperación.

            Carlos consiguió librarse de los pantalones de Marta con un fuerte tirón, pasando la pierna derecha de ella por su cintura, cogió su protuberante miembro con la mano derecha y lo introdujo en su vagina, llenándola por completo, sin preámbulos. Marta gritó por el dolor que sintió en esa acometida, seca y presurosa, pues era su primera vez. Sintió que algo se despedazaba en su interior. Entre sollozos, suplicaba que se detuviera, pero él seguía moviéndose de forma agresiva y perversa.............

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