Nombre/seudónimo autora: Helena Pinén
Título: El sueño de Ruby
Género: Novela romántica contemporánea
Saga: No (aunque me encantaría que los
secundarios tuvieran su propia historia)
Sinopsis:
Elliott Blake sólo había querido una cosa en
su vida: el rancho El Sueño. Pero cuando ya lo creía en su poder, una
forastera había llegado reclamándolo como suyo. La pelirroja había llegado al
pueblo pisando fuerte y su nuevo vecino no estaba preparado para la batalla.
Ruby Taylor no había tenido una vida fácil y su
carácter se había resentido por ello. Ahora, tenía la oportunidad de redimir
todo lo que había hecho mal. Podía devolverle al rancho familiar su esplendor,
pero Elliott no se lo iba a poner nada fácil.
Sin saberlo, Elliott y Ruby se sumergirán en una aventura
plagada de deseo, inseguridades, amistad… ¿y amor?
¿Sucumbirá Ruby al fuego que Elliott despierta en
ella o seguirá fingiendo ser de hielo?
Resumen más extenso que la sinopsis:
Ruby Taylor llega
a West Snake para quedarse con el rancho familiar y reformarlo por completo.
Pero Elliott Blake, el vecino de al lado, también ansía la hacienda, y el odio
que hay entre ambos es tan instantáneo como el deseo que sentirán el uno por el
otro.
Elliott Blake
tiene la creencia de que sólo conseguirá ser feliz y tener una familia cuando
el rancho El Sueño sea suyo. Ruby hará que se replantee muchas cosas, cómo qué
busca en realidad de la vida y de la recién llegada, aunque no le será sencillo
acercarse a la forastera. Ruby es una mujer de mundo que odia mostrar sus
sentimientos. Es racional hasta decir basta y se resistirá a sentir algo por el
mayor de los hermanos Blake, pues ya ha sufrido bastante en la vida. El miedo
la encierra en una coraza que nunca nadie ha podido ni ha osado romper…
Son como dos
trenes de mercancías que han de chocar tarde o temprano y que lo harán mientras
El Sueño renace de sus cenizas…
Presentación de los personajes:
- Ruby
Taylor: la protagonista es cazadora de tesoros, inteligente, calculadora y
sumamente fría, porque le teme a los sentimientos, si bien con sus mejores
amigas es divertida y deja a un lado todas las máscaras de racionalidad y
hostilidad.
- Elliott
Blake: es un protagonista orgulloso, civilizado pero muy pasional; a diferencia
de Ruby, se deja llevar por las emociones más que por el sentido común, aunque
ahora le tocará ser todo un estratega para acercarse a la pelirroja…
Personajes secundarios:
- Amber
McGrath: la mejor amiga de Ruby la ayudará a darse cuenta que quien no
arriesga, no gana; es adorable, inteligente y algo mordaz cuando se trata de
cierto vaquero…
- Travis
Blake: el mediano de los Blake es el más sensible y romántico de los hermanos,
es un secundario dulce con un punto ácido que llevará de cabeza a Amber.
- Jade
Taylor: la prima de Ruby quiere reencontrarse a sí misma, aunque la sombra de
un crimen se cierne sobre esta secundaria tan sexy, pícara y divertida.
- Kane Blake:
el hermano pequeño de Elliott es puramente sexual, un Don Juan de manual que
tiene fobia al amor y al compromiso.
Fragmentos:
—¿Te molesto? —preguntó, cerrando la puerta
tras de sí.
Ruby lo miró por encima del hombro, mientras terminaba de secar una bandeja de plata. Arqueó una fina ceja en su dirección y con una sonrisa de medio lado, volvió a su tarea, mientras decía:
—La primera vez que entraste en esta cocina ni te molestaste en preguntarme si importunabas. No veo por qué iba a cambiar ahora. —Lanzó una risita.
Elliott hizo una mueca. Sí, cuando pisó por primera vez aquella cocina, estaba hecho una furia. Aquella mujer había aparecido en el pueblo pisando fuerte y se había quedado con el sueño de su vida. Pero en aquel momento, la rabia no estaba en su organismo. Tampoco el mal genio, ni las ganas de gritarle que se largase de West Snake.
—¿Pasa algo? —preguntó Ruby, poniéndose de puntillas para poner la bandeja en lo alto de un mueble.
—Espera. —Elliott le cogió la bandeja y trató de respirar con normalidad mientras la ponía en su sitio. Sus dedos se habían rozado y, por el amor de Dios, una corriente eléctrica de puro deseo le había puesto la piel de gallina—. Ya está.
—Al final me irá bien tener vecinos tan altos —comentó Ruby.
Elliott parpadeó y le cogió el rostro por la barbilla para hacer que lo mirara.
—¿Acabas de bromear conmigo?
Ruby lo miró por encima del hombro, mientras terminaba de secar una bandeja de plata. Arqueó una fina ceja en su dirección y con una sonrisa de medio lado, volvió a su tarea, mientras decía:
—La primera vez que entraste en esta cocina ni te molestaste en preguntarme si importunabas. No veo por qué iba a cambiar ahora. —Lanzó una risita.
Elliott hizo una mueca. Sí, cuando pisó por primera vez aquella cocina, estaba hecho una furia. Aquella mujer había aparecido en el pueblo pisando fuerte y se había quedado con el sueño de su vida. Pero en aquel momento, la rabia no estaba en su organismo. Tampoco el mal genio, ni las ganas de gritarle que se largase de West Snake.
—¿Pasa algo? —preguntó Ruby, poniéndose de puntillas para poner la bandeja en lo alto de un mueble.
—Espera. —Elliott le cogió la bandeja y trató de respirar con normalidad mientras la ponía en su sitio. Sus dedos se habían rozado y, por el amor de Dios, una corriente eléctrica de puro deseo le había puesto la piel de gallina—. Ya está.
—Al final me irá bien tener vecinos tan altos —comentó Ruby.
Elliott parpadeó y le cogió el rostro por la barbilla para hacer que lo mirara.
—¿Acabas de bromear conmigo?
—¿Se puede?
Elliott se sentó con su enorme
bocadillo delante de ella antes siquiera de que Ruby pudiera levantar los ojos
de su plato. Enarcó una ceja como respuesta a su descaro.
—Antes de sentarte quizá podrías
haber esperado mi respuesta, ¿no crees?
(…)
Ruby odiaba anteponer sus
emociones a sus pensamientos. Era un ser totalmente racional, y por ello
intentaba evitar encariñarse con la gente. Aunque con Elliott le resultaba
imposible. Él estaba rompiendo todos sus esquemas, cómo había hecho su mejor
amiga Amber, de pequeñita, cuando Ruby todavía era tímida. O su prima o sus
compañeros de trabajo, que le habían salvado el trasero en más de una ocasión.
—Entonces no tendría gracia. Es
muy fácil sacarte de quicio, Ruby —comentó, mirándola con fijeza.
Ruby puso los ojos en blanco
mentalmente.
—Cállate de una vez y déjame
cenar —le ladró ella, y cogió una porción de pizza. Observó, estupefacta, como
Elliott daba un bocado descomunal a su grueso bocadillo de salchicha con queso,
mostaza y kétchup. En otro hombre lo encontraría exagerado, pero estuvo a punto
de soltar una risita. Todo en él era hecho a lo grande—. Definitivamente eres
todo un caballero, ¿eh?
Por supuesto, el tono no era tan
despectivo como Ruby quería hacerlo sonar, y él le sonrió ampliamente,
divertido.
—Soy un hombre de campo, cielo.
Siempre estoy hambriento.
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@helenapinen
Hola^^
ResponderEliminarNo conocía este libro y la verdad es que no pinta nada mal, creo que puede ser una lectura que disfrute bastante así que queda más que apuntada y no descarto darle una oportunidad en un futuro cercano.
un besote!