SINPOSIS
La Trini, dicharachera prostituta transexual muy en contacto con sus deseos, busca a su príncipe azul, que podría ser Valentín.Valentín, hedonista, adúltero y seducido por la Trini, decide disfrutar de sus servicios de meretriz, con los que se siente tan realizado que entra en un conflicto de identidad sexual, ya que el “buen rabo” de la Trini choca con su autopercepción como heterosexual casado con Milagros. Milagros, en cierto modo más atada a las convenciones: solo es adúltera en sus fantasías, solo se droga en casa cuando piensa que no hay nadie y reprende y ridiculiza a Valentín por haberse redescubierto sexualmente junto a una transexual con pene. Por mucho que sus instintos y deseos a veces choquen con las normas que la civilización les obliga a acatar, estos y otros personajes se relamen los dedos en los placeres más sensuales y se zambullen en una libidinosa fiesta al final de la obra, donde ya nadie distingue lo lícito de lo ilícito, la alucinación de la lucidez.
Alberto García Pujals (1979) nació en Reus, se crió en Huelva, se licenció en Traducción e Interpretación en Madrid y en Periodismo en Barcelona, obtuvo la maestría en Didáctica de español en Santander, fue chico de la limpieza en Irlanda, camarero en Inglaterra, telefonista en la antigua República Democrática Alemana, profesor y traductor en la India y, a día de hoy, imparte clases de lengua española en la Universidad de Wuppertal y en la de Colonia, ciudad donde reside. En las personalidades a las que ha ido conociendo por el camino se inspiran los personajes de su debut literario Los que lloran, se alegran y usan de este mundo.
AVISO: La reseña no la he hecho yo sino Bea Sylva. Y como sabéis este blog solo lo llevo yo, así que Bea no es colaboradora ni nada por el estilo. Pero me pareció interesante incluirla porque tras su lectura podéis haceros una idea clara de qué va el libro y qué os encontraréis tras sus páginas.
RESEÑA DE BEA SYLVA
LIBRO: Los que lloran, se alegran y usan de este mundo
AUTOR: Alberto García Pujals
Si eres un lector atento, no dejarás de lado el epígrafe, ni todos los que siguen, que inicia la historia de esta desventurada Trini. Hemos venido a este mundo a sufrir pero nos esperan cosas mejores… se nos dice y advierte. Con esta premisa, comienzas una novela en la que hoja tras hoja esperas que sus personajes encuentren eso que buscan. Y recibes mucho más.
No quiero contarles el argumento, no tiene sentido, quiero dejarles mis impresiones como lectora,
Puede que su desenfadado lenguaje llame tu atención, pero es lógico: Trini no ha recibido mucha educación en las aulas, pero mucha en la calle. Lo segundo que puede impresionarte es que Trini trabaja como prostituta y se mueve en un submundo que quizás ni siquiera veamos, y Valentín es todo un artista de muy buena posición y educación, un mundo oculto pero que existe.
Trini ha sido Antonio José, ahora es un transexual, que sabe que jamás será amado por lo que es: una mujer. Porque aún en ese mundo por el que Trini transita, solo es un homosexual, como ella dice “un maricon” y nada más. Amores, celos, envidias, desesperación, simples y pequeñas alegrías, reclamos a la vida y aceptación también parecen entrecruzarse sin darte un respiro.
Para Trini la vida no tiene secretos, desde el sexo tántrico hasta buscar un mísero empleo, y sin embargo con todo lo que le pasa no deja de ser un canto a la vida misma, un espíritu positivo que sabe que la vida es sufrir y quizás por eso no le extraña el descubrimiento que debería cambiarla. El horror también sabe cómo pasar por la vida de Trini sin dejar marcas.
Pero nuestra valiente Trini no es el único personaje delicioso dentro de su patética vida: Valentín, el objeto “omnipresente” de deseo de Trini, el cliente soñado de Désireé, el esposo amado de Milagros... el caníbal frío y lógico… que aun ante su esposa desangrándose solo piensa en sí mismo.
Bajo la diestra pluma de García Pujals, los retratos de Milagros y Valentín son tan definidos que solo debes mirar a tu alrededor para verlos. ¿Es que acaso todos somos de alguna manera como Valentín Y Milagros? ¿Somos tan hipócritas y nos mentimos a nosotros mismos con tanto afán como ellos lo hacen? Valentín sabe ocultarse dentro de sus razonamientos. No es gay, no le molestan los gays, no le gustan las mujeres y le gustan los transexuales… Si algo podemos reprochar al autor es ese descaro con que sus personajes se definen, ese no jugarse y moverse en un ámbito de ambigüedad que no entiendes, y que te enoja tanto como sorprende. Pero como siempre digo, si logras que los personajes te enojen, tienes esa cualidad que te convierte en un buen escritor.
Con Valentín tenemos la más pura manifestación de la moral en nuestra sociedad, dos caras bien definidas: la señorial y ficticia cara que mostramos a los demás y la íntima de alguna manera tan retorcida, enferma, fría y lógica que cuando lees la última oración escrita comprendes en toda su magnitud. Valentín es un hombre casado, lleno de secretos, que piensa que los demás son los que piensan mal pero también es mucho más…
¿Acaso él es el único?
Para Valentin la verdad y la mentira son dos formas de vida, y esta última es como una gran bola de nieve que va creciendo y creciendo y como su sueño lo va dejando sin aire para respirar. Para él Trini es de alguna manera el símbolo de sus sueños y anhelos. Sin embargo, como bien lo dice el autor “Los enfrentamientos con la realidad a golpe de retórica nunca se le habían dado del todo bien, de manera que siempre se había limitado a ignorar los hechos hasta que el polvo se asentara”. Realidad que terminará por imponerse pero no para él, para nosotros, ingenuos lectores.
Por otro lado está Milagros, que sabe que su vida no es lo que desea, que su esposo le es infiel y sin embargo siente la impotencia de no poder cambiarla.
O Désireé, que en su simpleza conoce al género humano más de lo que él mismo se conoce. Quizás el hecho de saber que es tan solo una puta, nada más, una profesional, ayuda a mirar a los demás con otros ojos. Es increíble que en este mundo donde el negocio es el sexo, las mujeres valoren algo más que el sexo mismo y, como Désireé, anhelen ser miradas como seres humanos y no simples receptáculos.
Y más increíble es aceptar que a veces es el horror el que nos iguala.
Y ante este planteo la mesa está servida: tienes un relato, que bien podría hablar de insatisfacciones, perversiones sexuales, o quizás la definición de la propia sexualidad, pero no.NO ES ASÍ.
Por un acto de puro talento tienes ante ti el horror de una verdad que jamás sospecharías, porque nada te lleva a ella. No hay pistas que seguir, no hay frases, gestos, o quizás indicios y la verdad y la realidad irrumpen de manera tan natural, que sientes tu estómago dar vueltas y vueltas haciendo de “Los que lloran, se alegran y usan de este mundo” una grandiosa y vibrante novela.
A la manera de “El perfume” de Patrick Süskind, puedo asegurarte que sentirás tu piel de gallina y te repetiras una y otra vez: debí suponerlo, debí imaginar… debí intuir que Valentín es mucho más de lo que él mismo cree.
Tienes entonces una recomendación no apta para cardíacos y solo para lectores exigentes.
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