lunes, 6 de noviembre de 2023

Reseña: Discurso sobre la felicidad - Madame du Châtelet





Un clásico del pensamiento de una mujer libérrima y pionera en muchos campos como fue Madame du Châtelet. Nueva traducción y prólogo de Marta Cerezales Laforet.

Émilie du Châtelet (1706-1749), autora del ‘Discurso sobre la felicidad’, fue una mujer extraordinaria que vivió en pleno Siglo de las Luces. Hija de una familia noble, su padre, un hombre de mentalidad abierta, le proporciona en casa una sorprendente educación humanística, atípica para su época y que evidentemente no recibían nunca las mujeres.

Se casa a los diecinueve años con el marqués du Châtelet con el que tiene tres hijos. El conde no le despierta mucho interés y él, que la admira, deja que lleve su vida en libertad siempre que guarde las formas. Frecuenta los salones, tiene varios amoríos, disfruta de la vida mundana sin preocuparse de los prejuicios de su época y estudia matemáticas. Madame du Châtelet se dedica a su estudio con todo el rigor y la tenacidad que exige esa disciplina rigurosa.

En 1733 conoce en casa de la Duquesa de Saint-Pierre al que será el gran amor de su vida: Voltaire, con el que establece una apasionada relación. Por Voltaire renuncia a su vida en París, a su familia, a su reputación para vivir durante diez años un amor en el que no falta la pasión por el estudio. «Somos dos filósofos voluptuosos», dice Voltaire.

Sin embargo la pasión de Voltaire se va apagando y se transforma en una inalterable amistad. Émilie se refugia en el estudio, pero vuelve a enamorarse, esta vez de Saint Lambert, un intelectual diez años más joven que ella. A los 42 años queda embarazada y muere en 1749, unos días después de dar a luz.

‘El Discurso sobre la felicidad’ es el único escrito no científico que se conserva de Madame du Châtelet. Lo tenía Saint-Lambert que lo publicó en 1779, cuando tanto el marido como Voltaire ya habían muerto.

El asunto de la felicidad se trató en numerosos ensayos del siglo XVIII, al igual que lo hicieran en la antigüedad autores griegos y latinos. De todos ellos el libro de Madame du Châtelet es uno de los más interesantes y merece ser leído en la época actual.

La presente traducción es obra de Marta Cerezales Laforet, quien ya ha traducido para nosotros numerosos trabajos y se hace cargo en esta ocasión también del prólogo de esta obra considerada un clásico del primer feminismo.




En unas cincuenta páginas, Madame du Châtelet  (Gabrielle Émilie de Breteuil)  habla de la felicidad. Creo que es importante dar un poco de contexto histórico en la reseña, así que sin extenderme mucho daré unas breves pinceladas. Nos situamos en la Ilustración Francesa (Siglo de las Luces).

Nació en 1706 en Francia, perteneciente a la alta aristocracia (hija de un barón). Su padre la educa "como un varón". Se casó a los diecinueve años con el marqués de Châtelet-Lamon con el que tuvo tres hijos (de los cuales sobreviven dos). En 1733 conoce a Voltaire y en 1735 decide irse a vivir con él.

Émilie es matemática y física. Conocida no solo por estudiar, traducir y anotar obras científicas (la más relevante fue 'Philosophiae Naturalis Principia Mathematica' de Newton; traducida del latín al francés) sino también por sus ensayos y estudios. Ella es la que da a conocer la obra de Newton, no es solo una traducción, acompaña a la traducción con comentarios.

«Discurso sobre la felicidad» es el único escrito no científico que ha sido publicado (se escribió en 1747 cuando tenía 41 años y se publica en 1779, cuando ella ya había fallecido).

Algo que me fascina de leer textos antiguos es que podamos sentirnos identificados con lo que han escrito autores de siglos pasados. En este caso, Émilie habla en este pequeña obra de preocupaciones actuales como por ejemplo la salud, recomendando la sobriedad y reconociendo que su problema es la gula (el mío también) y ante esto, decide ponerse a dieta. Para ella la "dieta" es no salir de casa.

Sigue ahondando en la búsqueda de la felicidad, no en una felicidad desbordante y feroz, sino una comedida. Un equilibrio entre tener ilusión y pasión pero con una justa medida. Tener metas en la vida es importante pero sin llegar a generar una obsesión, disfrutando del camino sea largo o corto. Hace una ligera mención a la religión concluyendo que la religión para ella es un obstáculo a la felicidad.

Este texto no estaba pensado para ser publicado, está plagado de referencias personales, en este momento la autora no estaba en su mejor momento amoroso. Entonces la visión que da sobre el amor no es negativa pero sí cómoda y conformista. 

Y esta parte es la más criticada del texto porque al poco de escribirlo, se enamora locamente de nuevo. Se queda embarazada a los cuarenta y dos años, algo muy peligroso para esta época. Ella sabía que tenía pocas opciones de salir airosa de ese parto, así que se da prisa para terminar la traducción y anotaciones de la obra de Newton.

Decir que a la autora le falta coherencia me resulta absurdo de leer. En el momento en que escribe la obra, está plasmando lo que para ella es la felicidad en ese momento, si a los cuarenta y dos años seguía pensando igual es un misterio que no podremos desvelar nunca. Reducir una reflexión de cincuenta páginas a cero porque la autora acabara por encontrar pareja después de escribir el ensayo... me parece que es ser un poco corto de miras.

A mí me ha gustado mucho y me ha parecido muy interesante la reflexión final: el conocimiento como forma segura de felicidad. 

«En fin, pensemos en cultivar el amor al estudio, ese amor que hace que nuestra felicidad dependa de nosotros mismos. Preservémonos de la ambición y, sobre todo, sepamos bien lo que queremos ser, decidamos el camino que queremos tomar para pasar nuestra vida y tratemos de sembrarlo de flores.»

















1 comentario :

  1. ¡Hola! Pues me parece una historia de lo más interesante de la que no conocía absolutamente nada y me has dejado con muchas ganas de darle una oportunidad. Un besote :)

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