Nosuë tenía más o menos 400 años. Había perdido la cuenta.
Tenía su vida, sus normas y sus aficiones. Vivía entre humanos. Tenía una fuente fija de alimento. No consentía la violencia de vampiro en su territorio. Él se mezclaba entre los hombres, así es como siempre había sido y como debería seguir siendo.
William...
William era un cachorro perdido, lleno de dolor y amargura, que vagaba en la noche, sediento de sangre.
Su encuentro parecía fruto del azar. Nosuë viéndolo a duras penas vivo, William negándose a tocar a un ser humano, aunque eso significara su muerte.
Nosuë lo llevó a su hogar, lo alimentó...lo cuidó. Cuando antes del amanecer William tuvo que marcharse, prometió volver.
Regresó todas las semanas. Luego todas las noches.
Al final Nosuë no pudo soportar ver cómo sufría, y decidió romper todas las reglas...por aquel al que amaba.
Tenía su vida, sus normas y sus aficiones. Vivía entre humanos. Tenía una fuente fija de alimento. No consentía la violencia de vampiro en su territorio. Él se mezclaba entre los hombres, así es como siempre había sido y como debería seguir siendo.
William...
William era un cachorro perdido, lleno de dolor y amargura, que vagaba en la noche, sediento de sangre.
Su encuentro parecía fruto del azar. Nosuë viéndolo a duras penas vivo, William negándose a tocar a un ser humano, aunque eso significara su muerte.
Nosuë lo llevó a su hogar, lo alimentó...lo cuidó. Cuando antes del amanecer William tuvo que marcharse, prometió volver.
Regresó todas las semanas. Luego todas las noches.
Al final Nosuë no pudo soportar ver cómo sufría, y decidió romper todas las reglas...por aquel al que amaba.
Lazos de sangre es una novela cargada de sentimientos enfrentados, con criaturas de la noche y unas descripciones muy buenas, una historia muy bien escrita que engancha.
William es un joven cachorro, un humano convertido en vampiro recientemente, su vida depende 100% de su sire. Su señor no le dispensa buenas tratos, sino que le hace sufrir y llegar a límites inhumanos, la vida de William siempre pende de un hilo, su sire disfruta viendo cómo sufre. La joven criatura soporta violencias físicas y psíquicas, incluyendo la sexual, se siente (y es) un juguete ¿cómo va a aguantar toda una eternidad así? Cuando se canse su sire ¿cómo le matará?
Pero en la oscura vida de William se prende una llama de esperanza, que tiene el nombre de Nosuë, un vampiro nosferatu, es decir, con unos años encima y que él es amo y señor de sí mismo, que le mostrará la vida más dulce y alegre de un vampiro. Le enseñará las reglas y leyes, su dios, y también le hará ver que no todos los vampiros son malos y retorcidos, y que no todos matan para alimentarse.
Los abusos que padecía William me revolvían el estómago, es imposible no acabar con el corazón encogido, me alucinó (para mal) saber quién era en verdad el sire, qué parentesco tenía en la vida humana con William, menuda atrocidad.
El único pero que le pongo a esta novela, que en mi opinión, creo que ha restado mucho a la historia, es que la relación de Nosuë-William es casi un flechazo, sucede demasiado rápido. Y hay un momento en la novela que durante muchas páginas solo hay arrumacos y besos, que como buena romántica que soy me gustan, pero a veces me cargaron un poco.
Puedo entender el rápido enamoramiento de William, es un joven de 21 años (si mal no recuerdo), que acaba de ser convertido y que sufre tratos infames y crueles, cuando da con alguien de su raza que le trata bien, le alimenta y le dice cosas bonitas, puedo entender que caiga locamente enamorado.
Pero en el caso de Nosuë no tanto, quizás metería un conflicto interior, resistencia a ser el compañero de William por alguna situación comprometida, por poner un ejemplo: para no llevarse mal con su sire o para no romper ninguna norma. Así con este tira y afloja de "quiero pero no puedo" o "no debería" tendría más sustancia la novela, pero si desde un principio caen rendidos el uno por el otro pues...pierde un poco de gracia.
Al final la novela remonta y coge ritmo, así que el lector vuelve a coger el hilo y se engancha, la verdad es que me ha sorprendido bastante, cosa que agradezco.
"De camino a la mansión pasé por el parque, ese parque que no
pude evitar contemplar como todas las veces."
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