Reseña: Una sola carne - Fátima Chamadoira

Una sola Carne de Fátima Chamadoira nos cuenta la historia de Piñeiro y Lilia, quienes forman un matrimonio estable y consolidado. Creen estar viviendo su etapa final en paz, en una espléndida casa con jardín, rodeados de sus tres hijos y sus cinco nietos. Él ha sido navegante de altura y un destacado líder sindical. Ahora está retirado y reparte su tiempo entre su familia y sus viejos camaradas. Todo cambiará con la llegada a sus vidas de una joven periodista. Está dispuesta a escribir un reportaje para la revista Cruz del Sur sobre los días más gloriosos que desembocaron en la firma de un convenio colectivo. Piñeiro y Lilia se verán abocados a volver al pasado y revisar una larga trayectoria, primero por separado y después en común, sembrada de acontecimientos que les convirtieron, a pesar de todo, en una pareja que permanece unida.

Una sola carne es la radiografía de una relación. La autora abre en canal las grandezas y las miserias de dos personas que han vivido las tres cuartas partes de su existencia separadas por la distancia. Una galería de personajes completa esta historia que transcurre y avanza como una espiral narrativa y que gira sobre sí misma hacia el desenlace final, y nos descubre en cada página un nuevo secreto y las claves más universales que salpican la existencia humana.

Piñeiro y Lilia llevan casados toda una vida, como se suele decir. Todo un matrimonio consolidado. El problema es que no hay mucha cercanía entre ellos (en sentido literal durante tres años). 

Cuando llega Gabriela a sus vidas, una joven periodista que quiere hacer un reportaje sobre la firma de un convenio colectivo, para ello necesitará conocer la trayectoria de Piñeiro y, por ende, también de su mujer. Él fue navegante (cuando le hacen la entrevista está jubilado) y representante sindical. 

Ninguno de los dos tuvo una infancia fácil. Mientras que él no recibió cariño ni por parte de su padre ni por la de su madrastra. 

Rememorar la infancia, cómo se conocieron y toda su vida es un duro camino para ambos. Quien más dudas tiene es Lili, empieza a cuestionarse sus decisiones y hacia dónde quiere llevar su vida. La palabra 'divorcio' se le cuela en la mente en más de una ocasión. La falta de comunicación, el hastío y la rutina está ahogando poco a poco este matrimonio, tampoco se dieron cuenta hasta que llegó la periodista.

Lilian también padece un poco de síndrome del Nido Vacío, con la marcha de Ismael de casa, no puede evitar sentirse sola. El matrimonio tuvo tres hijos.

El libro es un viaje de autodescubrimiento de Lilian, una mezcla de pasado y presente ,incentivado por las preguntas de Gabriela.

Respecto al estilo de la autora, me ha parecido correcto pero no he acabado de congeniar con ningún personaje, y es una pena porque toca temas muy interesantes. No obstante, en sí la novela está bien planteada y se lee en un santiamén.