Traducción: Eva García
Formato: 15 x 23 cm, rústica con solapas
Páginas: 304
ISBN: 978-84-17525-36-1
Puesta en venta: 30 de octubre de 2019
También disponible en ebook
A veces, lo que deseas está más cerca de lo que crees
Peggy Newland y Dash Thane han sido inseparables desde que nacieron. Ella es una chica dulce que sueña con vivir su primer amor antes de acabar el instituto; él, un chico rebelde e impulsivo que hará lo necesario para protegerla de cualquiera. Sin embargo, su amistad empieza a tambalearse cuando Byron, uno de los deportistas más populares del instituto,
y Peggy empiezan a salir juntos.
Pero una noche lo puede cambiar todo… Tras un beso inesperado, Dash y Peggy deberán descubrir lo que realmente sienten el uno por el otro y lo que quieren de verdad. ¿Serán capaces de arriesgar lo que tienen por convertirse en algo más que amigos?
Reseña:
Admito que devoré el libro en menos de un día, no por ello diré que me ha encantado porque he encontrado algunas cosas en la trama que no me han acabado de convencer, pero es cierto que el estilo de la autora engancha. Una vez que lo terminé empecé a darle vueltas a varias cosas...
Lo primero es que Dash es un poco intenso, al principio lo achacas a la edad o al ambiente en que se mueve pero en las últimas páginas acaba cansando. Quizás si la autora profundizara algo en la relación con sus padres, sobre todo con su madre, habría mejorado pero la autora se limita a reflejar que la relación familiar es pésima a través de peleas continuas, dejando un pequeño resquicio de luz al final que no acaba de aprovechar. Ni creo que lo haga en los siguientes libros.
Así que él no me acabó de convencer y por ende, tampoco la relación, porque no deja ni pensar a la pobre muchacha si quiere estar con él o no. El punto es que Dash y Peggy son amigos desde la infancia (desde que iban en pañales) y nunca han cruzado esa raya, el problema es que Dash sabe que se siente atraído por su mejor amiga pero no acaba de dar el paso, actúa como el perro del hortelano (ni come ni deja comer), y la pobre muchacha acaba con la autoestima por los suelos por las argucias de él. Mientras él se debate entre confesar lo que siente o no, ella tiene claro que quiere conocer gente y sigue viendo a Dash como un amigo.
Cuando entra en escena otro chico (Byron) y Peggy se siente atraída por este, a Dash le explota todo en la cara, intenta seguirle el juego pero busca sabotear la relación y presionar a Peggy para que le escoja. De la noche a la mañana, ella descubre que su mejor amigo quiere algo más y que Byron quiere algo formal también. ¿Qué hace el protagonista? Presionar y chantajear. Mientras que Peggy está en un bucle de sentimientos. ¿Cómo soluciona el triángulo amoroso la autora? Por la vía fácil.
El punto fuerte de este libro son los personajes secundarios, próximamente principales en las siguientes entregas, que leeré sin lugar a dudas (ojalá Oz siga traduciendo la serie) porque creo sin lugar a dudas que superarán al primero. Lo mejor es que las relaciones de las continuaciones, empiezan (más o menos) en este libro, así que ya sabemos lo principal para que en los siguientes nos zambullamos desde la primera página de lleno en sus historias.
Estoy deseando leer las novelas de Lars y Jackson (sobre todo de este último), ninguno de los dos tiene las cosas fáciles, a ver por dónde sale la autora.
En definitiva, «Más que amigos» es una novela que engancha ideal para pasar el rato, no es un libro que releería pero considero que es bueno darle una oportunidad para adentrarse en la saga, creo que los siguientes van a ser la bomba (espero que no me decepcionen). Es importante leerlos por orden, MUY importante, aunque cada pareja tenga un libro distinto las historias se entremezclan.
Portada original de este libro
# 2 parte
(SPOILERS)
That was before his past came knocking, and all his hopes and dreams would change.
For years, he’d watched me.
For months, he’d wanted me.
For weeks, he’d chased me.
Relentless and infuriating, he turned my stubborn heart into something pliable and weak.
Sly and honest, he worked his way into my life as though he’d always planned to be the focal point of it.
In love and naive, even when our future seemed bleak, I believed in us.
Heartbroken and desperate, I tore my bleeding heart from my chest, wanting only the best for him.
In doing so, our forever wasn’t just interrupted. It was chased away with one irreversible decision after another.
And now, we could no longer see it beneath the heaping piles of debris we’d left in our wake.
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