miércoles, 13 de septiembre de 2017

El secreto de Pembrooke Park - Julie Klassen




Serie: El secreto de Pembrooke Park
Autor: Julie Klassen
Idioma: Español
ISBN: 9788416550777
Género: Romántica histórica
Páginas: 416
Formato: 15 x 22 cm
Encuadernación: Rústica con solapas
Fecha Publicación: 12 septiembre 2017
Título original The Secret of Pembrooke Park

Una casa señorial abandonada, un pueblo en el que nadie habla, un misterio y mucho suspense...A medida que los secretos salen a la luz en Pembroke Park, ¿encontrará Abigail Foster el supuesto tesoro escondido y el amor que busca... o un peligro muy real? 

Abigail Foster no quiere acabar siendo una solterona, pero sabe que su minúscula dote no le va a servir para incrementar sus encantos. Cuando los problemas financieros fuerzan a su familia a vender su casa de Londres, un extraño abogado aparece con una oferta increíble: pueden irse a vivir a una lejana casa señorial que lleva dieciocho años abandonada. 

Al llegar a su nuevo hogar, Pembrooke Park, el atractivo pastor del pueblo da la bienvenida a los Foster, pero a pesar de que tanto él como su familia parecen saber algo del pasado de la casa, solo les dicen una cosa: que tengan cuidado con los merodeadores que se acercan en busca de un tesoro oculto en una habitación que nadie parece haber visto nunca. 

Con la esperanza de mejorar la situación financiera de su familia, Abigail se pone a buscar la secreta estancia, pero la llegada de unas cartas anónimas a su nombre, con pistas acerca de dicha habitación y sobre el pasado de la casa, la llevarán a descubrir secretos sorprendentes… ¿Puede fiarse del pastor? ¿Está su vida en peligro? 



Reseña:

Es la tercera novela que leo de esta autora y creo que ya puedo afirmar con rotundidad que es una de mis escritoras favoritas, cuando empiezo uno de sus libros sé que voy a disfrutar como una enana.



He adivinado los pilares en los que se basa esta autora para hacer sus historias inolvidables, denominador común que tienen las tres novelas que he leído: personaje femenino delicado a la vez que fuerte, misterio y un estilo envidiable. Me dejo uno en el tintero para más adelante.

Abigail es una muchacha inusual para la época, sobre sus delicados hombros existe una gran carga como es organizar su familia. A pesar de que no es huérfana, sus padres gozan de buena salud, los primogénitos no dudan en consultar los temas más complejos con nuestra protagonista. Al comienzo del libro vemos cómo una desanimada Abigail busca desesperadamente remediar la situación de su familia, puesto que casi están en la ruina por una mala decisión de su padre -animado por ella-. La joven no puede evitar el sentimiento de culpa así que cuando una inesperada propuesta llega a su desahuciado hogar no duda en aceptar.

Las condiciones del acuerdo son muy extrañas: los Foster irán a vivir a una mansión abandonada, Pembrooke Park, con sirvientes pagados a cambio de una ridícula suma de dinero. No adquieren la propiedad pero sí podrán usar la vivienda y acomodarla a sus necesidades. Cuando Abigail llega en compañía de su padre encuentra una casa sellada a cal y canto, llena de polvo y telarañas, la muchacha no duda en trabajar duro para que su madre y hermana vean su nuevo hogar en las mejores condiciones. Para más inri, el padre acaba dejando sola a su hija para volver a la ciudad a resolver ciertas cuestiones.

Abigail se verá rodeada de extraños, viviendo en una casa maldita y rodeada de misterios. En el pueblo nadie habla de la familia que antes habitaba esa casa llena de entresijos, todos huyen atemorizados de las preguntas de la joven dama, solo pueden advertirle de una cosa: que tenga cuidado con los cazafortunas porque en Pembrooke Park hay un tesoro que muchos quieren.

Aprenderá a marchas forzadas a integrarse entre los huidizos vecinos, ganándose su confianza con sus buenas intenciones y mientras tanto recabando pistas para averiguar todo lo que quiere.

Me ha encantado esta protagonista porque es fuerte, a pesar de las restricciones de la época ella no duda en confiar en su instinto y luchar por lo que cree. Es bondadosa, sincera y humilde. Intenta que los comentarios maliciosos no el afecten, en el fondo tiene sus inseguridades, sobre todo con el tema de los hombres, ella siempre ha estado bajo la sombra de su hermana, su amor propio se ve tocado por culpa de cierto arquitecto.

En Pembrooke Park conocerá a la familia Chapman, el señor Chapman era el antiguo administrador de la mansión y sabe mucho sobre los misterios de la casa, pero es imposible sacarle prenda. El hijo (William), pastor de la zona, se acercará más a la joven y aunque al principio se niega a decirle nada de la maldición de esa casa al final ayuda a Abigail.

Leah y Kitty serán de gran ayuda en todo este puzzle, aunque la primera no se preste directamente ayudar por un miedo atroz que tiene a hablar de la mansión, Kitty a pesar de ser muy jovencita a través de sus juegos en Pembrooke Park ayudará a Abigail a reunir grandes pistas, muchas se esconden en una despampanante casa de muñecas.

Otro punto del que había hablado era la parte del misterio, tanto en esta novela como en las anteriores que he leído un pilar fundamental es ese velo lleno de intriga que siempre tiene como marco una mansión con extraños ruidos por las noches e incluso presencias fantasmagóricas. En este aspecto, me recordó mucho a «La hija del tutor» otro de sus títulos, publicado con otra editorial. No penséis que se trata de una lectura ligera porque hay que estar ojo avizor, la autora te va llevando por donde ella quiere llegando a tal punto que ya no sabes quién es bueno o quién malo. A este respecto me han confundido mucho tres personajes: Miles, William y Duncan, no diré nada más para no matar la historia.

Creo que en esta historia ha ido más allá y el misterio ha comido gran protagonismo a la historia romántica. Esto no desmerece la historia porque me ha encantado igualmente, pero dependiendo de qué queréis encontrar en esta historia igual alguien se ha sentido engañado. Cuando empecé el libro estaba buscando a la pareja protagonista, con quién se iba a quedar Abigail, a partir del tercer capítulo me daba igual a quién escogiera solo quería saber el condenado acertijo de las misteriosas cartas.

El tercer punto decía que era el estilo, Julie Klassen tiene tanta clase a la hora de escribir que solo puedo pensar «ojalá pudiera escribir a mitad de bien que ella», solo con la mitad ya sería feliz de por vida. Si nos ponemos a analizar fríamente la historia podéis pensar que es sencilla, que antes de llegar al final más o menos intuimos de qué va todo -muy al final porque antes estamos perdidos- pero si somos objetivos y sinceros hay que pensar: qué envidia más insana me da esta escritora, qué bien escribe.

Qué difícil es conseguir que el lector se meta de lleno en tu historia, por un par de días he sido Abigail Foster y he vivido en Pembrooke Park: he recorrido cada recoveco de la casa en busca de pistas, he ido a la iglesia, sospeché de todas las personas habidas y por haber, se me pusieron los pelos de punta con los ruidos nocturnos en la casa... A través de las letras de Julie Klassen he hecho un viaje en el tiempo a la Inglaterra de 1818. Esto es lo que marca la diferencia entre un libro entretenido a una joya que releeré más de una vez.

Me queda ese as que no mencioné al principio y tiene que ver con las relaciones que escribe esta protagonista. Aquí no hay sexo ni escenas explícitas, es novela blanca y podéis leer y leer y no encontrar nada más que miradas y sonrojos, más aún en este libro porque la autora robó protagonismo a la relación dejándola casi en un segundo plano. Todas se cuecen a fuego lento y tardan en surgir pero son tan bonitas... 
Sí que es cierto que antes del epílogo eché en falta un capítulo más para terminar de cuajar esta relación, me es imposible no compararla con las otras novelas y quizás esta unión no ha sido mi favorita. Me ha gustado pero no llegó al punto de fascinación como con las otras («La institutriz silenciosa» o «La hija del tutor»). La autora pudo haberle sacado más chicha a esa especie de triángulo y a la condición/profesión de uno de ellos, otro punto a explorar interesante. Es inevitable hacer comparaciones (odiosas) entre los libros de una misma autora.

Para terminar la reseña solo quiero decir que si aún no conocéis a esta autora ya estáis tardando en conocerla, leáis lo que leáis, cuando alguien escribe tan bien como lo hace Julie Klassen da igual el género porque lo vais a disfrutar sí o sí. Estoy deseando que llegue febrero para poder devorar otro de sus libros, lástima que la paciencia no sea una de mis virtudes.

Ojalá más editoriales apostaran por la calidad y de paso por la novela romántica histórica.








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