Cuando has probado lo amargo, lo dulce sabe mejor.
Bambi sabe lo que es ser diferente, hasta su nombre lo es, sabe lo que es sentirse despreciada cada día por sus compañeros de clase y no poder hacer nada para cambiarlo.
La escritura le da el aliento que necesita para seguir adelante, la certeza de que es buena en algo. Y en este escenario aparece Liam, un chico de barrio que conoce en un taller de escritura. Liam no sabe lo que es tener una familia normal, un padre que no beba y maltrate, o una madre que no tome pastillas para protegerse de lo que la rodea. Bambi y Liam comparten lo que les salva de caer al vacío y eso los une, aunque ella sea una niña bien del centro y él un macarra malhablado del extrarradio. Pero cuando se trata de amor, pertenecer a mundos opuestos a veces es un obstáculo insuperable.
NOTA: Este libro contiene leguaje explícito y escenas de sexo.
Bambi sabe lo que es ser diferente, hasta su nombre lo es, sabe lo que es sentirse despreciada cada día por sus compañeros de clase y no poder hacer nada para cambiarlo.
La escritura le da el aliento que necesita para seguir adelante, la certeza de que es buena en algo. Y en este escenario aparece Liam, un chico de barrio que conoce en un taller de escritura. Liam no sabe lo que es tener una familia normal, un padre que no beba y maltrate, o una madre que no tome pastillas para protegerse de lo que la rodea. Bambi y Liam comparten lo que les salva de caer al vacío y eso los une, aunque ella sea una niña bien del centro y él un macarra malhablado del extrarradio. Pero cuando se trata de amor, pertenecer a mundos opuestos a veces es un obstáculo insuperable.
NOTA: Este libro contiene leguaje explícito y escenas de sexo.
CRÍTICA:
Tenía muchas ganas de leer esta novela, en cuanto leí las siglas 'NA' (New Adult) se encendieron todas las alarmas en mi cabeza: debía leerlo ya. Máxime cuando apenas hay publicaciones de este subgénero tan seguido.
Combina dos temas -desgraciadamente actuales hoy en día- complejos. Uno lo desvelaré porque aparece en la sinopsis, el otro tendréis que descubrirlo vosotros. Bambi sufre acoso escolar desde que entró en el instituto, día tras día aguanta los comentarios maliciosos y ofensivos por parte de sus compañeros. Hay situaciones muy duras, las viviremos a través de la joven muchacha. La vida en el instituto puede ser un verdadero infierno y nuestra protagonista nos mostrará la cruda realidad.
Bambi tiene dos consuelos: sus dos mejores amigos, uno de ellos es Liam que la apoya desde fuera, proporcionándole un hombro sobre el que llorar, distracción y consejos. Su otra amiga es objeto de buying, ambas se esconden de sus compañeros y odian asistir a clase. Obviamente, les afecta en su rendimiento y en las relaciones sociales.
Para más inri, nuestra protagonista no cuenta con el apoyo familiar que necesita para plantar cara a sus agresores, así que toca hacer la técnica de la "avestruz".
La autora ambientó un triángulo amoroso, se me ocurre una frase que lo resume: lo que siempre quiso y lo que siempre tuvo. ¿Con quién se quedará?
Todos los personajes que perfiló están muy bien caracterizados, crean una armonía perfecta para hacer de Bitteraweet una gran apuesta.
Mezcla con gran acierto el dolor con la alegría, en su conjunto es un libro agridulce - título perfecto-. Ver cómo el rechazo de los compañeros van rompiendo poco a poco la voluntad de Bambi y su fiel amiga, cómo van mermando sus fuerzas y energías, llegando a crear una cáscara vacía. La autora ha conseguido trasladar toda la desesperación de las víctimas de acoso, sus dudas y pensamientos y de las deficiencias que hay en muchos centros escolares para intervenir a tiempo.
Pero también hay una referencia muy importante, a través de Liam de esa regla general -que también cuenta con excepciones- que reza: el entorno determina la conducta y que querer es poder. Me declaro fan de Liam es tan complejo, que eché de menos más escenas de él, que tuviera más protagonismo. Tiene un aire taciturno, atormentado, oscuro... no sé es uno de esos personajes que quedan en la mente para la posterioridad.
Es un ejemplo de superación. Además a pesar de tener tanto dolor encima, tantos quebraderos de cabeza... siempre está para Bambi, apoyándola y queriéndola desde la distancia. ¡Es terriblemente perfecto! Y escribe genial. Pido nueva publicación con los relatos de Liam y la novela de Bambi, aunque si hay que escoger uno me quedo con él (tiene un aire a Allan Poe).
La historia de amor... ¡cómo definirla! como sobredosis de azúcar, de estas que te hacen suspirar y envidiar a la protagonista. Pues así. Sin empalagar pero sí llega a empañar la vista.
La historia de amor... ¡cómo definirla! como sobredosis de azúcar, de estas que te hacen suspirar y envidiar a la protagonista. Pues así. Sin empalagar pero sí llega a empañar la vista.
Cosas negativas no se me ocurren muchas, la verdad. Destaco solamente dos, una ya la dije: eché de menos más escenas de Liam y a veces Bambi me sacó de quicio. Pero hay que ponerse en situación: instituto, dieciséis años, ambiente muy duro... bueno, le aplicamos un atenuante.
Por último, espero leer más novelas de esta autora, si refleja la gran sensibilidad y realismo que mostró con Bittersweet en el resto de sus historias... ¡Tengo nueva autora favorita!
Muy bueno
—Si tuvieras que elegir entre sentir mucho dolor sabiendo que habrá momentos dulces o no sentir nada en absoluto para no sufrir, ¿con qué te quedarías?
—Una pregunta interesante —contesta, arrugando el ceño, concentrado.
—¿Te refieres a dolor físico? Bambi niega con la cabeza. La respuesta tarda en llegar. Se miran en silencio, como si estuvieran tratando de adivinar lo que piensa el otro antes de que responda.
—Ajá. Suponiendo que hubiera alguna fórmula que te hiciera no sentir, creo que contestaría una cosa o la otra depende del día.
—¿Y qué elegirías hoy?
—Hoy elegiría no sentir —responde, pero sin el tono jovial de siempre la frase suena hueca.
—Pues pensaba que elegirías lo mismo que yo. ¿No crees que si no viviéramos momentos amargos, no sabríamos cómo saben los dulces? No habría ese contraste, como los bombones. Si no supiera cómo sabe el chocolate negro, o aún peor, el chocolate negro con licor, el blanco no me sabría tan bien.
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