Nombre/seudónimo
autor: Jane
Hormuth
Título:
INSTRUMENTOS DEL DESTINO
Género: Romántica Histórica
Saga: NO
Sinopsis:
A finales del siglo
XIX Ciara Graham jamás hubiera imaginado cómo cambiaría su vida el día que su
madre decidió dejarla bajo los cuidados de Mildred Nevill. La dama burguesa,
con un oscuro pasado, había ideado un plan para que Ciara le sirviera de instrumento
para llevar a cabo su venganza. Nombrando a Ciara su heredera, tendría la
posibilidad de vengarse de las personas que tanto daño le habían hecho en el
pasado.
Ciara tendrá que
aplicar los conocimientos que Mildred le inculcó para conseguir gestionar la
gran fortuna que la señora Nevill había dejado en sus manos. La joven,
impulsiva y bella, deberá recordar mantenerse alejada de los hombres,
especialmente de Lord Somerset.
Andrew Somerset,
hijo de Dorothy Nevill, comenzará luchando en contra de una joven huérfana, a
la que no cree capaz de llevar los negocios textiles y las tierras como los
hombres sí saben hacerlo. Al conocer a la joven Ciara aprenderá duras lecciones
y tendrá que rendirse a lo inevitable: el amor. Teniendo que luchar más allá de
las duras condiciones que Mildred se encargó de especificar en su testamento:
bajo ningún concepto Ciara y Andrew podrían contraer matrimonio.
¿Conseguirán llevar
a cabo las tareas que le tienen encomendadas? ¿Podrán las normas sociales y el
odio mantenerlos alejados? ¿Quiénes son realmente los instrumentos del destino?
Resumen:
Mi
querida Ciara:
Quiero
que sepas que te quiero, nunca te lo dije, y supongo que lo pongo por escrito
en esta carta porque no seré capaz de decirlo nunca, siempre me ha sido más
fácil guardarme lo que siento. Es probable que sea así gracias a mi educación,
donde los sentimientos y emociones debían quedar ocultos. Deseo que te hayas
sentido querida, porque a ti te debo que mis últimos días hayan estado llenos
de alegría. Sé que no es la manera más adecuada de explicarme, pero llegados a
este punto, reconozco que nunca supe cómo plantar cara a mis problemas. Ha
llegado el momento de que descubras quién soy, y quiero que lo
hagas a través de mí, espero que sobre este aspecto tanto el señor Shaw como
Grace hayan respetado mi decisión. Si a alguien tienes que culpar de tu desconocimiento,
es a mí.
Nací en el seno de una familia
burguesa. Mi padre Simon Nevill fue un hombre que supo prosperar en el mundo de
la industria textil al norte de Yorkshire; gracias a su disciplina, el ahorro y
el sentido práctico que siempre le acompañó. Crecí en un entorno familiar
donde las formas y las buenas maneras
eran requisitos indispensables para el desarrollo de una forma de vida
civilizada, moral y con objetivos lúcidos. Aunque pareciéramos una familia unida
y felizmente acomodada, siempre nos rondaba el deseo de llegar a más y nos
seducía la idea de conseguir títulos y llegar a formar parte de la nobleza. Mi
hermana gemela y yo nos llevábamos bien, hasta que en la adolescencia Dorothy
comenzó a volverse huraña, pesimista y envidiosa, pero aun así, era en ella en
quien confiaba.
Y me enamoré perdidamente de Lord Richard
Gladwyn conde de Somerset, y él de mí. Lo mantuvimos en secreto durante un
tiempo, hasta que yo estuviera debidamente presentada en sociedad. La única
persona que tenía conocimiento de ello era mi hermana Dorothy. Pues bien,
dentro de su envidia y su odio irracional concertó una cita con él haciéndose
pasar por mí. El lugar exacto lo ignoro, y prefiero no saberlo para así no
poder imaginármelos juntos. Cuando Richard, después de yacer con ella, se dio
cuenta de la traición, no pudo hacer otra cosa más que cumplir con su deber y
casarse con ella.
Después
de aquello nunca más lo volví a ver, ni a mi familia tampoco. Hice mis maletas
con lo necesario, cogí dinero y hui de Inglaterra pensando que así escapaba de
mi dolor. Grace me descubrió cuando montaba en mi yegua, y sin decir palabra,
me señaló una berlina y me ayudó a
enganchar los caballos. Seguidamente se acomodó a mi lado. Y nos fuimos, para
no volver. El resto de la historia la sabes, llegué aquí y con los conocimientos
suficientes y empeño, conseguí llevar adelante mi empresa como intermediaria y
comerciante.
Un
día en el puerto, un capitán que trabajaba para mi padre me reconoció y me
contó que mi padre lo estaba pasando mal y que mi familia se preguntaba dónde
podría estar su hija. Además me informó de que Grace Smith estaba acusada de
secuestro, pero que la policía había archivado el caso por falta de pruebas.
Además me hizo llegar la horrible noticia de que Dorothy había tenido un hijo
varón, la felicidad que ella vivía me correspondía a mí vivirla, de sus
entrañas solo puede salir
más que maldad.
En
definitiva, me pidió que al menos me pusiera en contacto con mi padre para que
supiera que me fui por voluntad propia.
Y
así lo hice, se lo conté todo, sentía que le debía una explicación y que no
valdrían mentiras. Le convencí de que me encontraba bien, y le pedí por favor
que no viniera a verme. Años después el abogado de la familia, el señor Shaw,
se puso en contacto conmigo para informarme de que mi padre me había dejado
como heredera mayoritaria, dejándole a Dorothy una asignación económica anual
con la que subsistir holgadamente. Lo siguiente que supe es que murió en un
accidente mientras cazaba.
Este
es el resumen de mi vida hasta que te conocí, y puedes achacárselo a la vejez,
pero en cuanto te vi pensé que si
hubiera llegado a casarme con mi Richard hubiera tenido una niña parecidísima a
ti. Tu pelo negro y tu color de ojos se asemejan mucho a los suyos. Y de ahí
surgió la idea de hacerte mi heredera, pues mi salud no me acompañaba, y me
negaba rotundamente a dejarle toda mi fortuna y mi patrimonio al hijo de
Dorothy. Antes prefiero que lo tengas tú, es un regalo que
quiero hacerte, y con él viene la siguiente petición:
Aprovecha
lo que tienes, tu fortuna, la educación y los conocimientos que te he inculcado
para ser libre. Disfruta, vive, sé feliz, llega a donde quieras llegar, tienes
las herramientas suficientes para lograrlo. Pero nunca te enamores mi niña, los
hombres sólo traen desgracias, piensa en tu madre, nada le aportó su
matrimonio, salió adelante
con su propio trabajo, nunca necesitó de
un hombre para hacerlo. Tanto Grace como yo hemos sabido arreglárnosla sin
ellos.
Tienes
fuerza y valor suficiente para llevar esta empresa adelante. Tienes la
capacidad y paciencia para sacar lo mejor de la persona más huraña. Por tus
venas corre sangre escocesa y la sacas a la luz cuando te lanzas con todas tus
fuerzas en defensa de una injusticia. Ahora mismo me viene a la mente aquella
vez en el puerto cuando unos chiquillos me gritaron vieja bruja y tú saltaste
de la berlina y te liaste a puñetazos. Casi me muero del susto, menuda salvaje
estabas hecha.
En
fin, esperanza, mi ilusión de vivir, espero que sigas mi consejo, y ocupes el
lugar que te corresponde, porque es tuyo legítimamente, de eso nos hemos
encargado los Shaw y yo. Cuando llegues a Inglaterra desconfía de todos ellos,
sigue tu instinto, y no le des tregua ni a Dorothy, ni a su hijo.
Aprovecha
esta oportunidad. Siempre estaré a tu lado.
Para mí, siempre fuiste mi hija.
Se despide deseándote lo mejor,
Mildred Nevill