Llevo mucho tiempo pensando en hacer esta entrada, me he decidido porque ya son unos cuantos los que me preguntan sobre el tema. Un tema que del que voy a hablar teniendo más bien poca idea, pero puedo contaros mi experiencia y a partir de ahí podéis haceros una idea.
La primera pregunta: ¿Lector beta sí, lector beta no?
Es la misma gran cuestión que ¿agente sí o no? A esta segunda no voy a contestar porque sería hablar por hablar, respecto a la primera diría que sí. A ver si a lo largo de esta entrada consigo argumentarlo.
Antes de todo quiero aclarar una cosa, tener lector cero no significa creer ciegamente en él, cambiar todo lo que te dice y convertir tu historia en la novela del beta. Tenéis que pensar lo que queréis transmitir en vuestra novela y lo que buscáis con ella. Ojo, buscad un término medio, porque si vais a pasar de todo lo que os dice y os cerráis en banda ¿para qué le hacéis perder el tiempo? Término medio.
En general, un escritor es también lector, pero en general lee menos que un asiduo lector, tiene que compartir ambas pasiones, a saber: escritura y lectura. Con esto quiero resaltar que es importante conocer otras novelas de tu género, para no caer en los pesados tópicos y aportar algo nuevo e innovador para conseguir atrapar al lector.
Ciertamente, todas las novelas caen en algunas repeticiones, que son casi inevitables, y que incluso así gustan tanto al lector como al escritor. Desgraciadamente, son muy excepcionales, y siempre va a haber alguien que os lo resalte como punto negativo en una reseña. Para gustos, colores.
Un beta que lea mucho del género en el que 'buceas' te puede resaltar esos temas trillados, tú decides en última instancia qué hacer, pero estás alertado, quizás algunos lectores te lo echen en cara. Ahora es cuando pensáis: Marta, no puedo gustar a todos. De eso estoy enterada, no os preocupéis, hasta vuestro autor favorito le han dado 1 estrella en Amazon o en La casa del libro.
Pero por lo menos estáis alertados, sabéis por dónde os pueden venir los lectores que os puntúan de forma negativa. A efectos de trama, claro está, en temas de ortografía (hoy) no me meto.
Y aún voy más lejos, a veces, cuando escribís os obcecáis, queréis llegar a una escena súper importante, que va a ser la caña, pero que tiene que ser casi al final del libro, os queda poco, pero tenéis prisa por llegar a ese punto álgido de la novela, así que esa especie de puente imaginario que tiene por extremos: dónde estoy actualmente en la historia y al final del puente la escena importante; se carga la historia. Y no os dais cuenta.
Ahí es cuando viene el beta y os pica a la puerta 'toc, toc, ¿qué demonios has liado? ¡levanta el pie del acelerador!' Pensaréis que en la revisión os daríais cuenta, y yo os digo que hay altas probabilidades de que no. No es lo mismo leer una novela propia que ajena, mucho más objetivo el segundo, por muy crueles que seáis con vosotros mismos, porque simplemente se os pasa, o estáis centrados en las tildes y no en la trama. Sois humanos.
Algo muy típico son las escenas enrevesadas, típicas de cuando descubres al malo malvado que es sorprendente porque no lo esperabas, pero tú como lector, no entiendes la escena clave donde te desvelan todo el pastel. El escritor sí, normal, lo tiene en la cabeza y en una libreta con súper esquemas de flechas.
¿Cómo busco lectores cero?
Ni idea, simple y llanamente. Mi experiencia fue a través de Facebook, en un grupo de literatura y también después de hacer una reseña.