miércoles, 16 de abril de 2014

Vientos Alisios - Christina Courtenay.






¿Un matrimonio de conveniencia o el amor de su vida?

Corre el año 1732 en Gotemburgo, Suecia, y Jess Van Sandt sabe muy bien que el suyo es un mundo de hombres. Convencida de que su padrastro le está escamoteando la herencia que es suya por derecho, se decide a impedirlo. Y la solución se presenta en forma de un escocés muy atractivo, Killian Kinross, que ha sido él mismo desheredado por su abuelo.
Jess se siente intrigada y enfurecida por el joven a partes iguales. En un intento de recuperar su fortuna, le propone un matrimonio de conveniencia. En ese momento, a Killian le ofrecen la oportunidad de su vida: participar en una expedición de la Compañía Sueca de las Indias Orientales, y está decidido a que nada ni nadie, ni siquiera su nueva novia, se interpongan en su camino. Zarpa rumbo al Lejano Oriente, convencido de que deja atrás sus sentimientos y su pasado. Sin embargo, el viaje acaba por no salir como esperaba…




Crítica:

Jess no fue educada como el resto de las jóvenes de su época, fue instruida en los saberes propios de los hombres, y la joven podía llevar perfectamente una empresa. Lástima que la mentalidad de la sociedad y su padrastro no piensen lo mismo.

La protagonista estaba completamente segura de lo que disponía en el acto de última voluntad de su padre, no ceja en su empeño en ningún momento, y su vida está encaminada a desenmascarar al rastrero de su padrastro, pero éste no le pondrá las cosas fáciles.


Desde recluirla en un pueblo alejado de la mano de Dios, en la que tiene como única compañía al "perro guardíán" que le encasquetó su padrastro para vigilarla. Durante una larga temporada estuvo sola y apartada de la vida en sociedad, cuando su padrastro le permite regresar a casa, la joven tomará mayores precauciones para no ser descubierta, pero las amenazas siempre vuelan encima de su cabeza, y el peligro es inminente.

Tanto, que logran pillarla in fraganti de nuevo ¿Qué nueva sanción le deparará?

Su única escapatoria en Killian, un joven con sus propios demonios familiares, que busca hacerse un hueco y ganándose la vida honestamente sin tener que recurrir a los juegos de azar, que nunca son fiables.

Cuando posa sus ojos sobre Jess, la atracción en palpable, pero más que atracción es curiosidad, se ve atraído por la vulnerabilidad que muestra su mirada, e intentará ayudarla, metiéndose con ello en la boca del lobo.

La novela transcurre poco a poco, no quiero decir con ello que sea aburrida, sino que está todo perfectamente hilado y perfilado, avanzando con pasos seguros y viendo la evolución de cada trama abierta en la historia. Una historia bonita y entretenida.


He de admitir que eché en falta más giros en la trama y más garra en algunas ocasiones, sobre todo en los protagonistas, me hubiese gustado más carácter por parte de ellos. Tragedias o deseo, no sé más sentimientos, buenos o malos, que dejen al lector con congoja o con los ojos llorosos. Me falto... sentir.

No quiero terminar la novela sin mencionar la contextualización de la novela ¡Por fin ampliamos los territorios! Que parecía que no podíamos salir de Inglaterra o Francia.

Bueno.


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