Hace poquito nos enteramos de una de las próximas novedades de la editorial Kiwi, en cuanto vi el nombre de la autora no pude evitar sonreír como una boba, he tenido el placer de leer una de sus novelas que ha autopublicado por Amazon (PsyCho), que por cierto me encantó, y es una grata sorpresa ver que va a publicar otra novela y con respaldo de una buena editorial. Enhorabuena Natalia ¡te mereces eso y mucho más!
Espero y deseo que podamos verla publicada en papel y tener muuuchas novelas más en los próximos años (y si cae otra en 2014 mejor que mejor). Así que ya tenéis un buen regalo para estas navidades.
No me enrollo más, os dejo mi entrada del blog tour, me hace mucha ilusión formar parte de él así que ¡Mil gracias, Natalia!
Género: Juvenil romántica
Fecha de salida: 10 Diciembre 2013.
Formato: ebook
A Karla Quintero nunca le ha preocupado demasiado ser una negada para las relaciones. Le da igual que los chicos se asusten por sus comentarios directos o su actitud un poco marimacho, ella no necesita un novio...
Luis Monzón tiene una cosa clara: no quiere problemas. Y las relaciones amorosas son un gran problema.
Contacto:
EXTRACTO:
—Solo he venido a verte, ¿de acuerdo?
—Bien, pues ya lo has hecho. Estoy
bien, tú también lo estás, lo cual es una alegría para ambos, así
que ya puedes irte
por donde has venido.
Ésta vez fue el turno de Karla de
mostrar su desacuerdo taladrándole con la mirada. Como pudo,
debido al peso de las
bolsas, cruzó los brazos por delante del pecho.
—Deberías cuidar ese mal carácter;
podrías ser una persona medianamente agradable si ese lado
gruñón tuyo no se
pusiera entre medias.
—¿Qué puedo decir? Soy una persona
hostil a la que no le gusta que ningún extraño se le acerque.
Así que, ¿podrías
hacernos un favor a los dos y volver a tu casa?
Por un momento ella estuvo a punto
de dejarse llevar por la mirada de suplica que le dedicó, pero se
negó. En parte porque
tenía cosas que decirle, y en otra porque quería pincharlo para ver cuánto
podía
aguantar. Sin
molestarse en contestar, se dio la vuelta, ignorándolo con descaro.
—¡Hey, ¿qué demonios
haces?!—inquirió él, desesperado por detenerla antes que pudiera llegar a la
puerta de su portal.
—Pues tengo parte de tu compra en
las manos y me dirijo hacia tu portal, si sumas ambos conceptos
creo que llegarás a
una única conclusión—proclamó con cierta diversión.
Luis quiso rechinar los dientes de
pura frustración. Lo último que quería hacer hoy era tener que lidiar con ella,
sobre todo tras lo ocurrido la noche anterior. Él había achacado todo lo
sucedido en el pub al
momento; al hecho de
toda la gente que les rodeaba y el ambiente que los envolvía. El deseo que se respiraba
en el aire les había
golpeado a ellos también, nada más. Había decidido que podría olvidarse de todo
simplemente pasando
algo de tiempo solo. No fue más que un encaprichamiento momentáneo, algo que
podría olvidar con
facilidad...
...si ella se lo permitiera.
Porque, siendo sincero, con Karla al
lado no había forma de concentrarse en el hecho de que él no
quería sentir nada
por ella. Que no quería experimentar ese deseo de saltar sobre sus labios y
engullirlos,
hasta que los dos se
quedaran sin respiración. Se maldijo en silencio porque, aún ahora, viéndola de
espaldas
esperándole, lo único
que deseaba hacer era girarla, empotrarla contra la pared y atacarla como un
animal
salvaje.
Cerró los ojos,
tratando de calmar a sus instintos; inspiró con holgura, olvidándose que Karla
seguía
allí. Lo habría
logrado si no fuera porque volvió a hablar, rompiendo su momento de ensoñación.
—¿Vas a venir o no?
“No sabes lo que me
estás pidiendo”, pensó, a la vez que
intentaba acallar esa voz oscura que
habitaba el fondo de
su mente, y que le recordaba que estarían solos en su casa hasta que tuviera
que irse a
trabajar al taller de
su tío—algo que no ocurriría hasta dentro de unas cuatro horas—.
—Ya voy—gruñó, intentando calmarse y
disipar la nube de deseo que empezaba a formarse encima
de sus hombros. Por
un momento se sintió como el lobo del cuento de caperucita, segundos antes de
tirarse
al cuello de la
estúpida niña. Aún, queriendo portarse como un caballero, trató de convencerla
para que se
fuera antes de que
las cosas se descontrolaran—. ¿Lo que vas a decirme no podría esperar hasta el
lunes?
—No, quiero hablar contigo ahora.
—Mi madre no está en casa—comunicó,
mirándola fijamente a los ojos—. Estaríamos los dos solos.
Karla abrió los labios demostrando,
al fin, que había entendido qué era lo que en verdad le pasaba.
Sus mejillas se
encendieron y sus pupilas fueron directas a los labios de él. Luis notó como su
boca esbozaba
una sonrisa sesgada,
ansiando terminar lo que empezaron la noche anterior. Quería besarla hasta que
a ambos
les temblaran las
piernas, y, según ella le estaba mirando, estaba seguro que aceptaría gustosa.
—Y bien, ¿qué vas a hacer?—inquirió,
con una voz más ronca de lo que esperaba.
Ella titubeó unos segundos,
indecisa.
—Me quedo—aseguró con rotundidad—.
Te conozco lo suficiente como para saber que nunca me
tocarías.
“Oh, no sabes lo equivocada que
estás”.
ENTRADAS DEL BLOG TOUR:
Tejiendo críticas en la sombra.
Conoce las siguientes paradas en el facebook de la autora
soy yo la que te agradezco que te hayas unido al blog tour, preciosa <3<3
ResponderEliminarahora mismo comparto la entrada. besos, linda <3
El libro se ve muy bien, seguro que lo disfrutas un montón, que te diviertas, y ya nos contarás. Felicidades para la autora, y todos los éxitos.
ResponderEliminarBesos.
Tiene muy buena pinta ;)
ResponderEliminarBesos
Tiene muy buena pinta este libro ^^
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