En el amor y en la guerra - Ebony Clark.

Cameron McKenzie nunca ha conocido a nadie como ella: una guionista en paro, heroína de pacotilla, delincuente ocasional y un poco chiflada; en ocasiones una bruja y en otras, una amiga leal capaz de arriesgarlo todo. Y siempre, con las uñas y la lengua bien afiladas y dispuestas a clavarlas en él. Desde el principio supo que le traería de cabeza. Para Kitty Barret el sheriff; de Mentone se ha convertido en un problema muy serio; allá donde va, está él. Alto, atractivo, imponente y con un par de ojos verdes que amenazan con derretir todo el hielo de su corazón a pesar de su férrea resistencia. Pero Cam no conoce el desaliento, se ha propuesto que Kitty caiga rendida a sus pies; es lo que haría cualquier mujer. Sólo existe un pequeño inconveniente: ella no es cualquier mujer y su corazón está en cuarentena desde hace tiempo, incluso para tipos tan encantadores como él. La llegada de un tornado y la aparición de una popular estrella del pop pondrán en jaque al apacible pueblo de Mentone. ¿Conseguirán estos acontecimientos enseñar a ambos el verdadero valor de la amistad, la familia y el amor?

Ebony Clark es el seudónimo que utiliza Cristina Carvias Carrillo (n. junio de 1972 en El Aaiún, Sahara Español), una escritora española de novelas románticas desde 2008. Es miembro de la Asociación de Autoras Románticas de España (ADARDE).

Nunca había leído nada de esta autora, así que cuando leí la sinopsis y vi el booktrailer pensé: Marta no tienes excusa. Me alegra saber que tengo otra autora a la que seguir el rastro y, en cuanto pueda, leeré el resto de sus novelas, En el amor y en la guerra me ha dado muy buena impresión y me ha dejado un buen recuerdo de esta autora.

¿Qué encontraremos tras las páginas de esta historia? Todo lo necesario para una buena novela: amor, misterio, acción y una buena dosis de ingenio y humor. A pesar de sus más de trescientas páginas, es una novela que se lee en nada, muy ágil, en la que el ritmo no decae en ningún momento.

No soy muy aficionada a las escenas de malos malísimos que interrumpen a la parejita (aunque admito que son necesarias porque si no las novelas se quedan sin sustancia, hay que complicarles un poquito las cosas), pero ha sido de las pocas veces en las que no me aburría como una ostra cada vez que llegaba la escena citada; es más, llegó un momento en el que mi vena cotilla casi explota, ansiando saber quién demonios era el ‘lunático’ y qué quería hacerle a Sandy.

Pero es que, el lunático no toma todo el protagonismo (como sucede en algunas novelas románticas con bastante suspense), al contrario, la tensión entre Cam y Kitty (nuestros protagonistas) se palpa en todo momento. Los diálogos entre ellos son la mar de divertidos y originales, hasta el final, cosa que se agradece porque es un punto muy fuerte en esta historia que, si decayera perdería muchos puntos la historia.

"- El que te haya dejado usufructuar ocasionalmente algunas partes de mi anatomía, no te concede derecho de pernada eterno, ¿vale? Así que ya puedes apartar esa manaza."

Cam y Kitty no se tragan, son como el perro y el gato, por motivos del… destino, o más bien de un hermano y una amiga, su reencuentro es inevitable, ambos tendrán que trabajar en su relación para aprender a trabajar juntos y a cuidar de Amanda, quien va a dar a luz a la ahijada de ambos (Isabel).

Pero si pensáis que “solo” hay esto, aún os falta por saber, porque la relación Sandy-LeRoy no sé si me ha gustado más (si es posible) que la protagonista ¿Se quedarán juntos? No diré nada. Sandy es perseguida por el lunático y LeRoy es su representante y mejor amigo.

El único pero que se me ocurre, y aquí tengo que hacer un mea culpa, es que cuando empecé a leer, sobre todo cuando aparecieron Amanda y Tyler pensé: esto parece más una segunda parte que el comienzo de una historia autoconclusiva. Bueno pues aviso para navegantes: es el segundo de una saga, y el primero es la historia de Tyler-Amanda (que me enamoraron en En el amor y en la guerra, así que tendré que leer el primero) que se titula Quédate conmigo, publicado con la editorial Máquina china.

Hace un breve resumen y ‘refresca memorias’ en este segundo libro, pero sí que se nota que falta “algo”. Así que ya sabéis el porqué.

Agradecimientos a la editorial.